La digitalización está generando espacios de cambio y transformación en la forma en que nos comunicamos y consumimos productos y servicios, a escalas no vistas desde la última revolución industrial, mientras que la banca abierta o, por sus siglas en inglés, open banking
está cambiándolo todo.
Solo por poner un ejemplo, el porcentaje de la población conectada hoy desde un smartphone en países como EE.UU. es de 236 millones de usuarios y de 918 millones en China. la cifra de cobertura de servicios web en América Latina tiene una previsión de crecimiento del 30% para el 2020 según Ericsson en su reporte Mobility Report, lo que equivale a más de 600 millones de usuarios.
Desde hace ya una década, los sistemas financieros han tenido que venirse adaptando a los rápidos cambios del mercado, aún más cuando entraron en boom alternativas electrónicas de pago como Paypal y Amazon, que ocupan actualmente 45% de las ventas minoristas por Internet en EE.UU.
También, las instituciones financieras, perdieron ante los retos que representan nuevas criptodivisas como el Bitcoin, Ehereum, Ripple o el futuro Libra de Facebook, que rompen el paradigma dominante del dinero estatal.
Por ello la relación entre los Bancos y los clientes necesita una nueva apreciación, pues si antes del auge tecnológico el único intermediario posible entre un proveedor y un comprador era un Banco (cheques, consignaciones, depósitos, etc.), ahora tenemos muchas formas nuevas de intermediar, que no tocan la relación clásica del Core Bancario.
Por ejemplo, hoy un minorista puede vender sus productos directamente en Amazon a través de su servicio de afiliación y recibir dinero sin que el Banco tome parte de esta transacción. Incluso algunas empresas del sector de ventas minoristas a nivel local como Éxito o Fallabela ofrecen formas de crédito y pago propias.
Entonces, ¿dónde está quedando el papel de los Bancos en el core bancario?
Expertos en Transformación Digital
y
Fintech
como Pablo Gasalla, han dicho que los cambios que se avecinan para los sistemas de software financiero son profundos, y en algunos lugares ya son palpables.Tal es el caso de Wilobank, un proyecto bancario surgido en Argentina, donde su core bancario es accesible al 100% a través de medios digitales, sin necesidad de filas, esperas, asignaciones o papeleos. Esta es una oferta llamativa para la generación millennial, ya que al crecer con medios digitales, busca una experiencia que no dependa de la sucursal bancaria.
De allí la importancia de incursionar en estos tipos de cambios e innovaciones, en la forma en que conectan con sus clientes, tanto en el sector de préstamos como de depósitos. Mismos que, si bien implican un cambio en la forma en la que operan y en la logística con la que desarrollan los procesos, brindan competitividad a largo plazo. Esto por la forma en que se vendrán desarrollando las nuevas alternativas digitales y lo que implicará la masificación del Internet en la región.
Una frase interesante para describir este proceso es el que gana se lleva todo, dicha por Bill Gates cuando daba una conferencia sobre por qué Microsoft, teniendo todas las condiciones para haber liderado el mercado de los sistemas operativos de teléfonos móviles, no pudo competir contra Android.
Por ello, si los bancos desean mantener sus sectores más robustos en relación con sus clientes, deben estar pensando no solo en crear alternativas de home banking, como parte de su estrategia de Core Banking, sino en sistematizar y migrar sus procesos íntegramente a Internet y aplicaciones móviles. Por ejemplo, aprovechando las ventajas que para la identificación y corroboración de datos en línea existen hoy y la tendencia a la desaparición del dinero físico.
60% de las instituciones financieras están planificando cambiar su Core Bancario, esto se debe a la limitación actual que llevan los sistemas de Core, los cuales empezaron a operar hace 40 años en los Bancos y que aún siguen utilizándose en el día a día.
Cambiar de Core Bancario no es una decisión fácil e implica gastos adicionales, se trata de un proceso complejo que dependerá de una estrategia. Sin embargo es una decisión necesaria para que las instituciones financieras puedan seguir siendo competitivas y cumplir con los requerimientos actuales de los clientes bancarios y también implica beneficios para la organización:
- Menores costes logísticos
El ahorro es sostenible. La digitalización de los procesos del Core Banking disminuirá las necesidades de horas invertidas por personal de TI, por lo tanto, las nóminas se recortan. Un fenómeno que ya es evidente en algunos lugares como España, donde el recorte en nóminas de Bancos a lo largo de la última década ha sido de 85.000 personas. - Un mercado más amplio
Al actualizar su Core Bancario, los Bancos tienen la oportunidad de abrirse hacia un abanico de posibilidades, ya que su sistema podrá integrar nuevos productos y servicios financieros, así como trabajar con nuevas plataformas de desarrollo de negocios y pagos digitales, e incluso utilizar Inteligencia Artificial para automatizar procesos.
Así, los clientes también tendrán una experiencia moderna, acorde a la que reciben de empresa tecnológicas como Google y Amazon. Un Core Bancario es la estructura sobre la cual los Bancos pueden crecer e innovar para responder a las necesidades del mercado y al ecosistema financiero que se está gestando en América Latina.