La pandemia del 2020 fue el catalizador que aceleró la
transformación digital de la Banca
, sin embargo, apresurar la adopción puede dejar expuestas ciertas vulnerabilidades, las cuales son aprovechadas por cibercriminales para robar información o transferir dinero a través de cuentas en paraísos fiscales
por medio de complejos esquemas.El costo del cibercrimen a escala global sobrepasó el USD. 1 billón en 2020.
Fuente: Finextra
Con el incremento del teletrabajo, las instituciones financieras se han visto en la necesidad de garantizar la seguridad de las conexiones y los equipos de sus colaboradores. Esto aumenta el ciberriesgo, al existir un mayor nivel de puntos de contacto, desde los cuales los cibercriminales pueden acceder a información y datos del Banco.
Las amenazas de seguridad y la violación de datos es una tendencia que cada año crece:
Fuente: Identity Theft Resource Center
Los datos se vuelven abrumadores, a medida que las amenazas y los ataques a los Bancos empiezan a ser más constantes. Esto plantea un nuevo enfoque sobre el riesgo al que están expuestas las instituciones financieras y determina un camino a seguir, donde se tiene que evaluar la resiliencia de sus operaciones.
Tal como lo mencionamos en el capítulo anterior,
Open Banking
abre un mundo de nuevas posibilidades para la Banca, sin embargo también representa nuevos riesgos que deben ser cubiertos. Existe una nueva superficie de ataque derivada de las APIs. Un fallo en la implementación de una API permitirá a los atacantes explotar servicios para tomar datos confidenciales y sensibles de los clientes.Un ciberataque no solamente representa la posibilidad de perder datos o la transferencia de dinero, va mucho más allá en el caso de las instituciones financieras, el efecto principal es la pérdida de la confianza de los clientes. El activo más valioso de un Banco es la confianza, las personas no depositarían su dinero en una entidad que no garantice que este esté disponible el día de mañana.
Por lo tanto, un Banco no puede arriesgar su reputación. Al mismo tiempo que digitaliza sus
servicios financieros
debe trazar una estrategia de ciberriesgo, la cual le permita identificar vulnerabilidades, proteger su infraestructura, crear planes de contingencia, proteger sus aplicaciones y trabajar proactivamente ante cualquier ataque cibernético.El 2021 es el año donde veremos la eficiencia de la
transformación digital
que ha llevado la Banca y uno de los principales medidores será la seguridad de su tecnología y cómo abordan un enfoque nuevo sobre el ciberriesgo
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