La importancia de la interoperabilidad en los sistemas financieros modernos
Hace solo unos años, hablar de interoperabilidad de pagos electrónicos en la mayoría de países de Latinoamérica sonaba a un futuro lejano, a mediano o largo plazo. Hoy, en la mayoría de países es una realidad normativa con implementación programada a corto plazo. Por ejemplo, en Ecuador, la Junta de Política y Regulación Monetaria emitió una resolución a finales de diciembre de 2024 para hacerla posible. Pero, ¿qué significa realmente este concepto y por qué es tan vital para el desarrollo de los sistemas financieros?
En términos sencillos, y aplicado al mercado ecuatoriano, la interoperabilidad de pagos electrónicos se refiere a la capacidad de los diferentes participantes del Sistema Nacional de Pagos en Ecuador para operar de forma integrada y estandarizada. Es como si todas las redes de pagos electrónicos “hablaran el mismo idioma”, permitiendo a los usuarios realizar transferencias de dinero, giros, cobros y pagos en tiempo real, los siete días de la semana y las 24 horas del día, sin restricciones tecnológicas ni costos que limiten su acceso. Este concepto no es del todo nuevo en Ecuador, ya que desde 2016 existe una norma para la interoperabilidad entre redes de Terminales de Punto de Venta (POS) para pagos con tarjetas.
Las implementaciones tecnológicas clave para lograr esta comunicación universal incluyen el Sistema Integrador de Pagos (SIP), una infraestructura centralizada que gestiona y compensa transferencias entre redes financieras. A este se suma la Red Instantánea de Pagos (RIP), administrada por el Banco Central del Ecuador (BCE), que canaliza transferencias en tiempo real. Y para simplificar la vida de los usuarios, se usarán “llaves de pago”, identificadores públicos (como tu número de identificación, teléfono o correo electrónico) vinculados a tus credenciales de pago. El BCE administrará el Sistema Central de Llaves para facilitar esta función.
La interoperabilidad se basa en principios de neutralidad y neutralidad tecnológica, lo que implica que, sin importar la red o plataforma (banca móvil, billeteras digitales, etc.), la integración debe ser fluida. Todas las entidades que forman parte del Sistema Nacional de Pagos están obligadas a interoperar, incluyendo bancos públicos y privados, cooperativas, mutualistas, Sociedades Especializadas de Depósitos y Pagos Electrónicos (SEDPES), y neobancos, buscando un ecosistema más eficiente, seguro y accesible.
Un impulso decisivo para la inclusión y eficiencia
La interoperabilidad es una herramienta poderosa para acelerar la inclusión financiera. En América Latina, aún enfrentamos desafíos significativos en términos de bancarización y acceso al crédito. De hecho, el Global Findex del Banco Mundial detectó que en 2021, el porcentaje de adultos en Latinoamérica que realizó algún pago digital fue de apenas un 20%, muy por debajo del promedio mundial del 51%. La interoperabilidad ayuda a superar estos desafíos al permitir que diferentes proveedores se comuniquen y ofrezcan servicios a través de una plataforma compartida, incluso facilitando el retiro de efectivo de cualquier cajero automático.
Los beneficios para la sociedad son múltiples: mayor inclusión financiera, reducción de costos de transacción y disponibilidad de pagos en tiempo real las 24 horas del día. También fortalece la seguridad y transparencia de las transacciones, e impulsa la digitalización de pagos en comercios, reduciendo la dependencia del efectivo. Además, fomenta la competencia y el desarrollo del ecosistema de pagos, permitiendo que más participantes accedan al sistema en igualdad de condiciones.
Casos de éxito y el panorama regional
América Latina está viendo avances concretos en interoperabilidad:
Brasil con Pix
Lanzado en noviembre de 2020, Pix se ha convertido en un modelo regional. Ha revolucionado los pagos, alcanzando más de tres mil millones de transacciones mensuales y una penetración del 80% de la población adulta en solo cuatro años. En apenas dos años, Pix superó en volumen de transacciones a las tarjetas de crédito y débito en Brasil. En abril de 2023, 3 millones de transacciones Pix se realizaron y casi 139 millones de personas lo usaron.Perú
El Banco Central de Reserva implementó con éxito la interoperabilidad de pagos inmediatos en 2023. Esto ha permitido un crecimiento constante de los pagos digitales, aumentando un 30% en 2023 y 2024, pasando de 256 a 334 pagos digitales por adulto respectivamente.Argentina
El Banco Central ya reguló las billeteras digitales interoperables para pagos con QR. Como resultado, el número de transacciones se quintuplicó en solo un año, pasando de menos de 50.000 a principios de 2022 a más de 250.000 a inicios de 2023.
Estos ejemplos demuestran cómo la interoperabilidad de pagos digitales transforma la inclusión financiera en un proceso natural. Si bien existen retos para el BCE, como la adopción masiva de códigos QR y el uso de las llaves, así como la regulación de tarifas y la ciberseguridad, el camino hacia un ecosistema más eficiente está trazado. La fragmentación regulatoria y tecnológica ha sido un obstáculo en la región, pero el avance del Open Banking y la apificación de flujos interoperables están llevando a Latinoamérica hacia un sistema más ágil.
Fisa Group como partner clave para impulsar la transformación financiera
Para que los bancos y financieras aprovechen plenamente el potencial de la interoperabilidad en este entorno dinámico, es fundamental contar con aliados tecnológicos estratégicos.
Empresas como Fisa Group juegan un papel clave. Al especializarse en la implementación y soporte de software de misión crítica que, gracias a su alta capacidad de parametrización, permiten a las instituciones financieras aprovechar las ventajas del Open Finance e integrar sistemas de pagos inmediatos, pueden ayudar a modernizar y optimizar las operaciones bancarias.
Esto facilita la conexión entre diversas plataformas y servicios, permitiendo a los bancos ofrecer experiencias de usuario mejoradas, reducir fricciones en las transacciones y fomentar la inclusión financiera en la región. Su experiencia en la construcción de esta infraestructura tecnológica es vital para que las entidades financieras se preparen y lideren la transformación digital en el sector.